En los tratamientos de reproducción asistida que conllevan Fecundación In Vitro (FIV), tanto sean con ovodonación o con óvulos propios, el protagonista principal es el embrión. Y nosotros los embriólogos, tenemos que considerar al embrión como nuestro paciente.
Debemos asegurar la salud de dicho paciente y para ello tenemos que controlar parámetros como la temperatura, el pH y el ambiente que rodea al embrión en cada momento.
La temperatura la controlamos con incubadores time-lapse de última generación, que son como pequeñas habitaciones para nuestros embriones donde los vigilamos en cada momento con una cámara para asegurarnos que tienen un desarrollo correcto.
El pH lo controlamos gracias a los medios de cultivo que utilizamos, que cubren todas las necesidades nutritivas de nuestros pequeños pacientes.
Para controlar el ambiente que rodea al embrión en cada momento, tenemos laboratorios y quirófanos limpios y estériles, pero aun así necesitamos la colaboración de los futuros papás para evitar introducir en estas salas productos nocivos.
Los productos que hay en el ambiente que pueden dañar los embriones se denominan compuestos volátiles, y entre éstos el mayor enemigo al que nos enfrentamos son los alcoholes. Por tanto, debemos evitar introducir alcoholes en el ambiente que rodea a los embriones.
Muchos artículos cotidianos que usamos cada día llevan alcohol, como por ejemplo colonias y desodorantes. Así que aunque a todo el mundo nos gusta oler bien, a los embriones no les sientan nada bien esos olores.
Si sois una pareja que os estáis sometiendo a tratamientos de Fecundación In Vitro u ovodonación, en el momento que acudáis al encuentro de vuestros embriones (Transferencia embrionaria) evitad las colonias, vuestros futuros bebés os lo agradecerán. Los embriólogos del Centro Ginecológico Manzanera cuidaremos bien de ellos hasta que llegue dicho momento.
Daniel García Tajada
Embriólogo
Centro Medico Manzanera